La sangre se ha
cansado ya
de tanto derramarse,
cuando su motivo es
fluir
por los caudales de
vida.
La sangre se ha
hastiado ya
de tanto brotar en
vano...
de errar de un
corazón a otro, de un charco a otro,
de un sueño a otro.
La sangre se ha
enfermado
de la náusea de
perder sentido,
del dolor de su
insignificancia,
de saber que en este
cruento mercado negro
no vale nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario