La centésima fuga de un alma desesperada
Sortea en un suspiro el hilo de humo ensortijado.
Vuela que vuela al látigo indomable de un fulgor profundo
Incrustado en la laguna donde el cielo se hunde.
Ensimismado el poeta, pierde el lápiz
Y se pierde en la poesía de su propia vida…
Donde grises los otoños envuelven sus soledades
Y en los veranos calurosos se sudan los amores.
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