viernes, 19 de enero de 2018

Serpientes y payasos

Ayer volví a soñar con una serpiente. Soñé que hippie estaba jugando con una, como cuando la encontré aquella vez... yo estaba acostada en un puff y sentí una serpiente subir por mi pierna pero no me movía, me quedaba muy quieta mientras la sentía recorrerme con espanto. De pronto vi a hippie comiendo una víbora negra. Ya le había quitado la cabeza y se la metía a la boca poco a poco, saboreándola. Sentía orgullo de mi pequeña gatita y lo salvaje que era. Cómo si fuera otra escena estaba cabalgando junto con una niña pequeña. Me reía y divertía mucho con ella. Luego estábamos cenando en una mesa grande y yo le contaba la historia de la bella y la bestia, intentando recordar diálogos de las escenas que hemos representando.
Luego veo a la misma niña en una habitación con un señor grande  y feo de bigote, y creo que dos señoras o al menos una. El hombre tenía a La Niña en la cama, atrapando sus brazos la señora que recuerdo estaba sentada en frente en otra cama.
 Sé que la van a prostituir por primera vez. Creo entender por qué estoy ahí, para tenerla contenta antes de... Entro al cuarto confundida y veo a los que están con ella, les digo que no está bien lo que van a hacer, pero no recuerdo cómo. Me dicen algo como que no me meta, que es bueno para ella, que ella lo quiere y le pregunto directamente a ella. Ella me dice, pues... es una forma de ganar dinero verdad? Puedo aprender, me podría ser útil después? Yo un poco desencantada, pienso que no le puedo mentir, que como están las cosas es muy probable que tenga que prostituirse después... asiento con la cabeza como si tuviera mucho sentido, no sé si verbalmente digo sí u ok, pero procedo a recoger una serie de palos, bates y objetos que estaban en la cama listos para ser usados contra ella  y les digo muy cordialmente, nada más sin estos. Con permiso. Los adultos se echan a reír cínicamente, como si hubiera hecho la broma de su vida. Salgo pensando en el horror que le tenían preparado y se termina el sueño.
Hace muchos años que no soñaba con serpientes. Este es un poco distinto del resto de mis sueños, pero igualmente extraño.
Hoy soñé con un payaso. Recuerdo que Jimena necesitaba dos compañeros de viaje para alternar volante camino a veracrúz. Yo la estaba pensando porque nunca he manejado tanto tiempo y temía quedarme dormida. En el inter estaba yo en una tienda departamental gigante que pertenecía a riot games. Ahí trabajaba Julio, un amigo mío que hace tanto no he visto... y encontraba por la sección de ventiladores un perrito abandonado en un carrito. Lo llevaba muy cerca con un policía y aunque se reían de que me “molestara” por un perrito, encontraban al dueño inmediatamente. Me decía el dueño que estaba a su alcance visual y le había metido un susto al llevármelo. Que me fijara mejor la próxima vez. Luego platicaba con Julio y bajábamos una rampa eléctrica mientras le decía que me recomendara otra forma de ganar dinero con LOL que no fuera sólo el streaming... mientras me decía algunas cosas lo perdía y encontraba un bebé como de 2 años en un carrito. Miraba al rededor y no había nadie, así que me llevaba el carrito buscando un policía pero ahora no había ninguno cerca y recorría varios pisos y secciones del almacén con El Niño que tenía un chupón de flor azul, se lo quitaba y lo chupaba yo... le pregunté su nombre y me dijo “Lucian “ y pensé, si papá debe ser fan de LOL, a lo mejor me cae bien.  Cuando por fin encontré una oficina y pedía ayuda. No era atención a cliente sino dónde programaban algunas cosas de los juegos. Les decía “se llama Lucian” y nos reíamos juntos. Me decían que iban a pasar un reporte y luego venían con la terrible noticia de que un payaso pensaba que le robé a su hijo y quería hacerme pagar. Me mostraron su foto y había hecho una edición entre su cara de payaso y la mía y me asusté mucho. Empecé a caminar con ellos por el almacén para darme cuenta que estaba siguiéndome. Me sentía muy mal, les decía que me estaba por dar un ataque de ansiedad, me mareaba. Luego me decían que el payaso había pedido algo personal mío. Pero habían podido negociar darle un código sonoro y lo guardaban en una como arpa de plástico verde cuadriculada, que multiplicaba la velocidad sonora según la cuadrícula en la que se tocara. Él quedaba complacido y se llevaba al Niño y el arpa...

martes, 9 de enero de 2018

Llevo una semana en Bogotá y me la estoy pasando épico! Malas experiencias he tenido, pero he estado con mi gente y recuerdo después de un rato por qué es mi gente. He paseado y visto cosas lindas, cosas feas, pero lo mejor ha sido este quiebre en la rutina, este acercamiento con la familia que parece tan mía como suya y eso se siente raro, lindo en un sentido mágico-místico-rarísimo. A Robby lo asaltaron esta noche y me asusté un momento, pero debo confesar que unos segundos después estaba otra vez levitando en mi propio mundo... como si me faltara esa empatía a ratos buena, a veces maligna, que me quiebra en dos cuando algo le pasa a mis amigos... será la distancia?
Vi a Nubia y Pato y de verdad son cálidas como poca gente...
Tuve al menos 2 dejavú en la comida y mis hermanos dicen que tuvieron unos también. Dejavú colectivo o magia que sucede sólo en familia? Raro...
Me encanta verlos y sentirme tan orgullosa de ellos. Los amo. Sé que nuestro mundo se ha desarrollado distante, pero sí hay algo genial que pasa en mí cuando los dos están a mi lado.
Me encanta Bogotá. Podría vivir acá un rato... ahora me queda la espina de viajar más con ellos. Siento un nuevo aire de cambio, algo de inspiración... la curiosidad que tanto me hacía falta.

viernes, 5 de enero de 2018

Llevo en Bogotá 3 días y esta es la segunda vez que lloro. Como que acá no es común este tipo de exabruptos emocionales y me dan más ganas de tenerlos. No por el capricho pero por la necesidad de vaciar esta sensación de inadecuación social, donde me siento a ratos como en casa, a ratos como intruso... como que mi gente no es tan mi gente y existe un juicio de mi persona que ya había sobrepasado entre mis inseguridades más básicas... y ahora hay que repasar por ahí una vez más. Me gusta conocer un poco a Juli, pero no tengo mucho contacto con nadie más, como que los tíos son reservados en general,  amables, con un atisbo de sangre caliente que parecen guardar para el desacuerdo... yo qué se...
Bogotá es bonito, me gusta que al fondo de las calles se puede ver el campo, verde por todos lados. Me gustan sus paredes y calles de ladrillo... me gusta el acento que a poco de estar aquí se acostumbra el oído. Me gusta qué hay gente linda y amable. Los vendedores parecen venderte el alma entera envuelta en una serie navideña a la mitad de la noche... pero si no ven clara tu intención de comprarla, te dejan colgando como hoja seca en el vendaval del otoño... sola, tirada, muerta de frío. Y duele más... esa amabilidad luego desprecio es lo más duro que he tenido que tolerar sin acostumbrarme a que me ilusionen y me quiebren el corazón a cada rato. Y se rompe sí, y nadie se da cuenta, y cómo que da vergüenza aceptarlo, la cantidad de influencia que un extraño pueda tener en tí... en tu disfrute o repulsa tan variable de un instante a otro.
Pues no estoy sola nunca y no he fumado, tomado, desvelado, reclamado mi espacio y son 3 días. Sé que es poco como para estar ansiosa, pero empiezo a sentirme en ese modo atrapado, que me da hasta en mi propia casa cuando no puedo optar por hacer algo, cualquier cosa que se me venga en gana... cómo salir o bañarme o dormir nada más porque sí, cuando se me antoja.
Todavía nada grave, pero va un poco... crece-decrece como una depresión bipolar que se balancea entre el éxtasis y el abismo...
Lloro porque me gana la emoción, porque soy mala para reprimir el dolor o el miedo. Son cosas que aún no he aprendido a ocultar y no he visto el beneficio en hacerlo. Podría parecer más fuerte pero no lo soy y prefiero no andarme con engaños. Soy frágil, ni modo. No quiero aparentar ser fuerte, cuando en esos aspectos no soy una mujer crecida... soy una niña pequeña y no necesito hacerla crecer por impostura.