martes, 9 de enero de 2018

Llevo una semana en Bogotá y me la estoy pasando épico! Malas experiencias he tenido, pero he estado con mi gente y recuerdo después de un rato por qué es mi gente. He paseado y visto cosas lindas, cosas feas, pero lo mejor ha sido este quiebre en la rutina, este acercamiento con la familia que parece tan mía como suya y eso se siente raro, lindo en un sentido mágico-místico-rarísimo. A Robby lo asaltaron esta noche y me asusté un momento, pero debo confesar que unos segundos después estaba otra vez levitando en mi propio mundo... como si me faltara esa empatía a ratos buena, a veces maligna, que me quiebra en dos cuando algo le pasa a mis amigos... será la distancia?
Vi a Nubia y Pato y de verdad son cálidas como poca gente...
Tuve al menos 2 dejavú en la comida y mis hermanos dicen que tuvieron unos también. Dejavú colectivo o magia que sucede sólo en familia? Raro...
Me encanta verlos y sentirme tan orgullosa de ellos. Los amo. Sé que nuestro mundo se ha desarrollado distante, pero sí hay algo genial que pasa en mí cuando los dos están a mi lado.
Me encanta Bogotá. Podría vivir acá un rato... ahora me queda la espina de viajar más con ellos. Siento un nuevo aire de cambio, algo de inspiración... la curiosidad que tanto me hacía falta.

No hay comentarios: