He llorado tantos pedazos del alma que la raíz de mi espíritu debe estar seca.
Ninguna muerte ha sido más fuerte, ningún desierto más desolado, ningún vacío más hueco y sin embargo, de este paraje tan árido despunta una breve esperanza.
A veces me encuentro en los afluentes de mi soledad, a veces, si pierdo el miedo, puedo llegar a conectar con el corazón de la Tierra.
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