19/Dic /2012
Quiero escapar de mí, de mi destino, golpearme contra las
paredes de Delfos y traspasarlas.
Como Edipo, quiero sacarme los ojos por no ver más lo que he
hecho, lo que he sido, lo que estoy por ser.
Quiero vivir en un hoyo donde no haya luz, pues la luz me
lastima. Es más, no quiero vivir.
“Terroristas del mundo, atenten contra mí, pues esta vida no
me sabe a nada”
Cerca del 21 de Diciembre, la solución más fácil es que se
acabe el mundo, que no quede nada, especialmente Yo, que me muera rápidamente y
sin dolor, sin dolor para nadie más.
Si todos morimos juntos no habrá un solo llanto en nuestras
tumbas, nuestros restos marchitos se disiparán en el tiempo y todos juntos
moriremos con el amor de nuestra vida entre los brazos, junto a nuestros
amigos, nuestros hermanos, celebrando juntos nuestra extinción y todo será más
bello.
Nuestra extinción en el pleno ocaso de la humanidad, una
humanidad que ha disfrutado el alba, que ha caminado ante el sol de medio día y
en el clímax, justo antes de la noche, antes de que se pudra lo que hemos sido,
partir juntos, sin deteriorar más la tierra que pisamos.
¡Bienvenido apocalipsis! Te recibo entre cantos, cantos de
millones de personas, unidas por una vez, con un fin en común, extinguirse
siendo humanidad.
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