viernes, 30 de mayo de 2008

El lunático


Nos gusta la luna redonda cuando oscila en el firmamento, nos bañamos de luz cuando estamos en la punta del monte o bajo el fango.


Somos espinas, avispas y gatos, luego lunares, ollas, grillos, plumas, charcos... pero siempre estamos mirando la luna.


Cuando somos río nos escapamos de las presas por verternos fuera y mirar la luna. Cuando somos culto adoramos a la luna. No nos gusta la lluvia por que se nos va la luna.


Cuando dormimos a des tiempo, siempre soñamos a la luna: Los halos, los claros, las sombras de la luna, las marcas, las notas, las huellas de la luna, los hombres, los conejos, los cráteres de la luna.


Él lame un espejo cuando se encuentra a la luna, Yo atraviezo el espejo cuando me encuentro a la luna.


Jugamos solitario mientras la luna resplandece, nos jugamos solitarios, juego solo sólo a mirar la luna.


Nos gustan también las polillas de la luna y cuando somos sapo nos las comemos.


Cuando es tarde viene el hombre nube y nos apaga la luna. La luna queda vacía y es tiempo de dormir.

2 comentarios:

La Habitacion invisible dijo...

la luna tiene la culpa compartida con el que la mira
pero el influjo es tal que podemos
delirar hasta sentirnos inocentes
y claro ...disfrutar
saludos
Esteban

cHaP dijo...

Es como inside la luz en las ventanas del alma , como lo sientes y expresas la reaccion que crees adecuada te gusta y disgusta te mueva postrado en el letargo , esa sensacion de dope bajo la influenca de lo fotosensible.

me gustas eres mi luz....