lunes, 17 de abril de 2017

La hoja en blanco

Dicen que no existe el terror a la hoja en blanco, que es un mito.... pero para mí es cierto.
Tengo tantos pensamientos e ideas interesantes sobre lo que me gustaría escribir pero al ver el espacio en blanco y corromperlo con algunas palabras me cuestiono su importancia, si realmente vale la pena escribir de esto o aquello, si las palabras expresan con dignidad lo que hay en mi mente o al final es sólo estúpido.
En el fondo es el miedo primario, mi miedo primario a "ver" lo que parecía tan bueno y notarlo sin todo el valor que tiene para mí... no ante otros necesariamente, sino ante mí misma.
Es el terror a la desilusión.
Cuando algo está en el pensamiento tiene infinitas posibilidades, como la fantasía del amor, del sexo, de viajar a lugares inesperados, de hacer la mentada fiesta de disfraces, de ver a cierta persona, de ir a comer a tal lugar y al hacerlo, cortar las alas de la fantasía, de la expectativa que esa fantasía conlleva, pero en el fondo, las alas de la esperanza.
Es el terror de perder la esperanza en que algo pueda ser verdaderamente extático, infinito, profundamente bello, que cambie tu vida a través de su encanto. Es el temor a que lo único cierto pueda ser que sólo el dolor cambia nuestras vidas, que todo placer conlleva sufrimiento y todo logro pierde sentido cuando se alcanza. Que no hay verdadero placer o felicidad en hacer cualquier cosa o lograr cualquier cosa más que cuando se mira hacia atrás... o hacia adelante, que es la misma mecánica de la la fantasía.
Creo que mi vida es una hoja en blanco que me aterra.
Tengo miedo a escribir cosas porque tengo miedo de cortarles las alas y extinguir sus posibilidades. Todo ahora suena a decisiones de por vida y la vida parece ya tan corta y estoy tan enamorada de (mi negra Tomasa) esta maravilla que existe en mi cabeza que no quiero, me resisto a matarla por completo.
Y dicen que es mejor hacer  y decepcionarte que no hacer nada, pero no es cierto.
En mi pensamiento no sólo vive la posibilidad de la maravilla sino está siendo cada vez que la imagino. Es como los sueños... cuando estás en ellos no se sabe que son falsos (pero ¿son falsos para quién?). O puede ser como el amor platónico... como amar la mariposa que vuela por el jardín una mañana y no querer poseerla por miedo a dañar aquello que la hace hermosa (entre otras cosas, su libertad).
No es que sea infeliz en donde estoy, con quien estoy, con lo que tengo... sólo temo al compromiso con todos, con todo, porque es eso: cerrar el portal a los mundos paralelos que coexisten en mi mente.

No hay comentarios: