jueves, 12 de septiembre de 2024
sábado, 20 de abril de 2024
Casa Propia
Quiero una casa propia, un lugar seguro con
vista inspiradora, rodeado de naturaleza y cerca de un lago, donde no sólo siembre
árboles, o los vea crecer, sino reciba sus frutos.
Una casa a mi nombre rodeada de rosas imperecederas,
con enredaderas escalando la fachada, con flores que perfumen la primavera.
Quiero una casa propia con un huerto, un horno
para el pan y otro para el barro, donde mis manos alimenten a los míos, a los
suyos y los extraños.
Una casa propia, donde una tina caliente me
espera al terminar la semana para limpiar mis pesares, la energía gastada en la
creación, donde vengan más y más ideas, donde las lágrimas se vayan por el
desagüe y desahoguen mi espíritu de tanto en tanto.
Quiero una casa propia, con cocina grande para
alimentar a mis seres amados, para compartir los frutos de la abundancia y
plenitud, donde contar historias y leer juntos, donde crear magia para el
paladar y para el alma.
Quiero una casa propia, con cuatro recámaras al
menos,
una para el sueño, otra para la inspiración,
otra para mi ser amado o nuestros hijos,
la cuarta para recibir a algún viajero, para
recibir a una hija, a un amigo que comparta el maratón nocturno, el juego, la
plática que se extiende y no termina hasta llegar la madrugada.
Quiero un ático o un cuarto oculto, para
llenar mi vida de misterio, para honrar mis sueños y quizá encontrarme con el
fantasma que lo habita.
Quiero una casa propia, con un columpio y una
fuente, el columpio para mi niña interior que constantemente se balancea, y la
fuente para calmar mi mente y darle flujo al pensamiento.
Quiero una terraza para subir a beber y ver el
cielo de noche con lucecitas para adornar mis melancolías.
Quiero una casa propia para que ella espere en
lo que salgo de aventuras. Quiero una casa que vele mis sueños y guarde mis
secretos.
Una casa propia para poder volver si me voy un
día.
Para volar más libre, libre de irme y conocer
el mundo, libre de regresar a puerto seguro.
Quiero
una casa propia para que nadie amenace con echarme a la calle, para que nadie vuelva
a obligarme a hacer algo que no quiero por el temor de que pudieran correrme, para
que nadie pueda nunca ponerme una escoba tras la puerta.
Quiero una casa propia para que nadie pueda
condicionar mi cobijo, para tener un refugio de la jornada, para amar sin
obligación de amar a cambio de morada.
Quiero una casa propia para cobijar a los míos
y sentirme cobijada, para no tener que dejar la vida en pagar la renta, para no
morir ganándome la vida.
Quiero tener una casa propia como quien busca
los brazos de la madre. Quiero ese dulce consuelo por una vez sólo para mí y
que sea tan mía que ningún padre, padrastro, dios o hermano puedan de mí
apartarla.
Quiero una casa a mi nombre donde nadie pueda
condicionarme la vida o la muerte, donde pueda ser yo sin adaptarme al
ambiente, quiero que el ambiente se adapte a mí por una vez, que me refleje y
me cobije amorosamente.
Quiero tener una casa a mi nombre, porque con una
casa propia, me vuelvo reina de un pedazo de tierra y he de tener poder, mandato
y autoridad sobre esta pequeña vida mía, que pareciera que en ningún otro lugar
me pertenece.
Quiero una casa llena de cantos, de noches de
película, de sueños milagrosos.
Quiero tener una casa propia donde mis perros
puedan correr libremente, donde mis gatos trepen árboles y nadie ose
levantarles la voz, donde nadie sea recibido sin invitación, pero se inviten a
los seres más extraordinarios, donde mis hijos aprendan del amor, del arte y de
la tierra. Donde la familia tenga un significado diferente.
Quiero tener una casa a mi nombre que en un
ala del jardín tenga un pequeño cementerio donde puedan descansar en paz mis
animales compañeros.
Donde se escriba en epitafios la historia de
cada una de mis mascotas, sus apodos, sus vicios y enseñanzas, donde pueda
limpiar sus tumbas y llevarles mis ofrendas.
Quiero una casa propia que decorara mi gusto,
donde pueda pintar las paredes del color que me apetezca según la temporada,
donde pinte murales y pueda colgar cuadros donde embellezcan el espacio, no
donde los inquilinos anteriores habían dejado clavos.
Quiero una loza lisa donde patinar y un piso
de madera donde deslizarme en calcetines.
Quiero una casa propia donde vivir y escribir
historias fascinantes, donde la sombra de mi pasado se desdibuje en la desnudez,
donde me deslice auténtica por cada recoveco, donde encuentre un Edén que
cierre las heridas, llene las grietas, donde mis gritos de alegría y pasión impregnen
con su eco cada muro.
Quiero una casa a mi nombre con chimenea a la
mitad de la sala, para reunirnos en su calidez a contar cuentos, a quemar
bombones, a cantar, a calentarnos.
Quiero una casa propia para contener mis
fantasmas, para encontrarlos en paz y dejarlos descansar.