miércoles, 9 de abril de 2008

Cigarro



De pronto me veo iluminada y luego me desvanezco en fumarolas.


Tantas veces me elevo hasta el cielo, transfigurada en misterios de humo, como las que me hundo –colilla- en la tierra.


Adoro el ritual del develo, adherirme al dejo del café y de la charla, ser inspirada, exhalada, elevarme y yacer al compás de ceniceros y succiones.


Me siento ligera entre dedos, me placen los baños de saliva cuando me atrapan unos labios ansiosos, cuando me toma quien anhela inhalarme entre respiro y respiro, guardarme un rato en sus entrañas y enfermarse de mí.


Al fin, soy yo quien se evapora en esos besos, expirada en una ráfaga, calcinada, dejando tras de mí una estela de cenizas.

1 comentario:

cHaP dijo...

ME ENCANTA TU ESCRIBIR , SIGUE DEJANDO ESE CAUDAL DE IDEAS IMPREGNADAS EN EL FIRMAMENTO ..
___ TE AMO .... GRACIAS.