De pronto me veo iluminada y luego me desvanezco en fumarolas.
Tantas veces me elevo hasta el cielo, transfigurada en misterios de humo, como las que me hundo –colilla- en la tierra.
Adoro el ritual del develo, adherirme al dejo del café y de la charla, ser inspirada, exhalada, elevarme y yacer al compás de ceniceros y succiones.
Me siento ligera entre dedos, me placen los baños de saliva cuando me atrapan unos labios ansiosos, cuando me toma quien anhela inhalarme entre respiro y respiro, guardarme un rato en sus entrañas y enfermarse de mí.
Al fin, soy yo quien se evapora en esos besos, expirada en una ráfaga, calcinada, dejando tras de mí una estela de cenizas.
1 comentario:
ME ENCANTA TU ESCRIBIR , SIGUE DEJANDO ESE CAUDAL DE IDEAS IMPREGNADAS EN EL FIRMAMENTO ..
___ TE AMO .... GRACIAS.
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