viernes, 20 de mayo de 2016

El apego

El apego es lo que da sentido a nuestras vidas. No la posesión, porque puedes sentir apego por alguien y aún respetar su autonomía y libertad.
Nada es tan bello o valioso como el hallazgo compartido y lo que amamos hacer, normalmente amamos hacerlo con otros, para otros.
Nuestra vida está formada de conexiones, somos interdependientes, nunca independientes del todo.
La nostalgia y la melancolía son mecanismos de inspiración y se alimentan del recuerdo de interacciones brillantes.
El luto es natural, porque, ¿quién va a llorar o recordar si no nosotros, que vivimos la intensidad de una sonrisa cómplice, de una curiosidad renovada, de un abrazo entregado, la epifanía de descubrirte no siendo quien siempre creíste ser, sino un mejor tú?
Cuando se rompe esta conexión, no sólo se va de tu lado el ser con quien formaste una parte de tu historia y tu aprendizaje, se va el tú lleno de esperanza, el tú que vuela, el tú que tanto amó, el que tanto amaste. Esto es lo que más cuesta.
No es malo ni de frágiles vivir un duelo. Es inteligente ventilar las heridas en lugar de ocultarlas y dejar que se infecten.
El dolor de perder a alguien es proporcional al encanto de este nuevo tú, a la esperanza que viviste a través de esa interacción brillante y por cada vida hay una muerte que pagar....
Al otro lado del dolor se encuentra la gratitud y lo vivido, que siempre será tuyo, parte de tu historia e indeleble.